viernes, 22 de julio de 2016

Oración de Salvación

 - Cree y Arrepiéntete
Estás aquí: Dios >> Oración de Salvación
Oración de Salvación – Nuestra Primera Conversación Real con Dios
La “oración de salvación” es la oración más importante que jamás haremos. Cuando estamos listos para convertirnos en cristianos, estamos listos para tener nuestra primera conversación real con Dios y estos son los componentes de la misma:
  • Reconocemos que Jesucristo es Dios y que vino a la tierra como hombre para vivir una vida sin pecado que nosotros no podemos tener; que murió en nuestro lugar para que nosotros no tengamos que pagar la condena que merecemos.
  • Confesamos nuestro pasado pecaminoso, viviendo para nosotros mismos y no obedeciendo a Dios.
  • Admitimos que estamos listos para confiar en Jesucristo como nuestro Salvador y Señor.
  • Le pedimos a Jesús que venga a nuestro corazón, habite en él y comience a vivir a través de nosotros.
Oración de Salvación – Comienza con la fe en Dios
Cuando hacemos la oración de salvación, le permitimos saber a Dios que creemos que Su Palabra es verdad. Por la fe que él nos ha dado, escogemos creer en él. La Biblia nos dice que: “Sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” (Hebreos 11:6)

Por lo tanto, cuando oramos pidiéndole a Dios el regalo de la salvación, estamos ejerciendo nuestra libre voluntad de reconocer que creemos en él. Esa demostración de fe agrada a Dios, porque hemos escogido libremente conocerle.
Oración de Salvación – Confesión de Nuestro Pecado.
Cuando hacemos una oración de salvación, estamos admitiendo que hemos pecado, tal como lo dice la Biblia con respecto a todos, a excepción de Cristo: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

Pecar es simplemente apartarse del camino, como una flecha que no da en el blanco. Para aquellos que nos apartamos, la gloria de Dios solo se encuentra en Jesucristo. “Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo” (2 Corintios 4:6).

Por lo tanto, la oración de salvación reconoce que Jesucristo es el único humano que haya vivido sin pecado. “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios” (2 Corintios 5:21).
Oración de Salvación – Profesar Fe en Cristo como Salvador y Señor
Con Cristo como nuestro estándar de perfección, reconocemos fe en él como Dios y estamos de acuerdo con el apóstol Juan en que: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir” (Juan 1:1-3).

Porque Dios solo podía aceptar un sacrificio perfecto y libre de pecado, y porque él sabía que no había posibilidad de que nosotros cumpliéramos eso, envió a su Hijo para morir por nosotros y pagar el precio eterno. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Oración de Salvación – ¡Dilo de Corazón Ahora!
¿Estás de acuerdo con lo que has leído hasta ahora? Si es así, no esperes ni un minuto más para
    “Padre, sé que he quebrantado tus leyes y que mis pecados me han separado de ti. Estoy sinceramente arrepentido y ahora quiero apartarme de mi pasado pecaminoso y dirigirme hacia ti. Por favor, perdóname y ayúdame a no pecar de nuevo. Creo que tu hijo Jesucristo murió por mis pecados, resucitó de la muerte, está vivo y escucha mi oración. Invito a Jesús a que se convierta en el Señor de mi vida, a que gobierne y reine en mi corazón de este día en adelante. Por favor, envía tu Espíritu Santo para que me ayude a obedecerte y a hacer tu voluntad por el resto de mi vida. En el nombre de Jesús oro, amén.”
Oración de Salvación – He hecho la oración… ¿Qué sigue?
Si has hecho esta oración de salvación con verdadera convicción y de todo corazón, ahora eres un seguidor de Jesús. Esto es un hecho, te sientas o no diferente. Algunos sistemas religiosos pudieron haberte creado la idea de que deberías sentir algo: un tibio rubor, hormigueo, o alguna otra experiencia mística. El hecho es que podría ser así, como no podría serlo. Si hiciste la oración de salvación y entiendes lo que significa, ahora eres un seguidor de Jesús. La Biblia nos dice que tu salvación eterna ¡es segura! “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9).

¡Bienvenido a la familia de Dios! Te animamos a que ahora busques una iglesia local, donde puedas ser bautizado y creer en el conocimiento de Dios a través de su Palabra… La Biblia.

¿Te convertiste en un seguidor de Jesús el día de hoy? Pulsa SI o NO

¿Eres ya un seguidor de Cristo? Por favor Pulsa Aquí.





¿Te gusta esta información? Puedes ayudarnos a compartirla con otros usando los botones que verás a continuación. ¿Qué es esto?




Síguenos:



jueves, 21 de julio de 2016

Cuál es el Camino al Cielo

 - Un Reconocimiento Bíblico
Estás aquí: Dios >> Cuál es el Camino al Cielo
Cuál es el Camino al Cielo – Cuál no es
Mucha gente cree que la respuesta a la pregunta de cuál es el camino al cielo, es ser una buena persona. Para algunos, ser bueno significa no ser malo. Una o más de las siguientes aseveraciones podría describirte: No has matado a nadie. No robas. No maldices… demasiado. No mientes… con mucha frecuencia. No eres adicto a las drogas. No engañas. Rara vez apuestas. Tu conciencia está limpia porque no estás ni siquiera un poco cerca de ser tan malo como la gente sobre la cual lees en los periódicos o ves en la televisión. Eres como el resto de la gente que conoces y no todos están camino al infierno. Por lo tanto, estás bastante seguro de que luego de que mueras, Dios te llevará a su cielo, ¿verdad?

Muchos otros creen que la respuesta a la pregunta de cuál es el camino al cielo, se refiere a hacer buenas obras. Una o más de las siguientes aseveraciones, podría describirte: Le das dinero a los mendigos o comida a los indigentes en las esquinas. Estás activamente involucrado en asuntos cívicos y de la comunidad. Donas generosamente tu tiempo, tus talentos y tu dinero a organizaciones de caridad y sin fines de lucro. Eres mejor que la mayoría de la gente que conoces. De hecho, eres tan bueno que estás convencido que, luego de que mueras, Dios definitivamente te llevará a su cielo, ¿verdad?

Hay otros que creen que sus rituales religiosos serán su pasaje al cielo. Podría describirte lo siguiente: Acatas creencias religiosas que te dicen cómo llevar una vida espiritual. Es posible que tu religión te diga que hay un Dios, pero no te dice cómo tener una relación personal con él. Y, a pesar de todos tus rituales religiosos, tu religión no te garantiza que al seguirlos vayas a ir al cielo de Dios, ¿verdad?

Cuál es el Camino al Cielo – ¡Cree la verdad!
La verdad es que para llegar al cielo, no hay otro camino para el ser humano que creer en el Señor Jesucristo.

Cada ser humano es pecaminoso por naturaleza. La Biblia dice que nuestros esfuerzos por hacer “buenas obras” no son aceptables ante Dios (Efesios 2:8-9). Solo Dios es santo. Solo Dios es bueno. Por lo tanto, Dios ha elaborado una manera para que los seres humanos pecaminosos entremos en su cielo

Dios es el único Ser pefecto en todo el universo y él vino hace dos mil años como hombre (Jesús). Su madre era una virgen que respondía al nombre de María. Pero María no estaba embarazada de un hombre, sino del Espíritu Santo del Dios Viviente. Ella dio a luz al Hijo de Dios, el Señor Jesucristo.

Las leyes de Dios requerían que una vida fuera tomada para salvar otra. La humanidad era tan pecaminosa que los sacrificios de animales del pueblo Judío ya no podian limpiarlos de sus pecados. Es así que, Dios se sacrificó a sí mismo a través de la Persona del Señor Jesucristo, para que nuestros pecados pudieran ser perdonados a través de de su sangre. Durante su tiempo en la tierra, Jesús llevó una vida perfecta y libre de pecado.

Jesucristo murió en la cruz. Fue enterrado en una tumba por tres días y al tercero, se levantó de los muertos. Luego de cuarenta días regresó al cielo, donde reina. Él regresará a la Tierra por segunda vez para reclamar a los que han confesado que creen en él.
Cuál es el Camino al Cielo – Hazlo Personal
Jesús murió para que aquellos que creen en él no sean condenados a la eternidad lejos de Dios. Si quieres estar seguro de que vas al cielo después de que mueras y crees que Jesucristo murió para salvarte de la paga por tus pecados, responde estas preguntas.

¿Has comprendido que eres un pecador y crees que Jesucristo vino como el único Redentor del pecado? ¿Estás listo para recibir el regalo de Dios; su hijo Jesucristo? Si es así, cree en Cristo, arrepiéntete de tus pecados y entrega el resto de tu vida a él como tu Señor:
    “Padre, sé que he quebrantado tus leyes y que mis pecados me han separado de ti. Estoy sinceramente arrepentido y ahora quiero apartarme de mi pasado pecaminoso y dirigirme hacia ti. Por favor, perdóname y ayúdame a no pecar de nuevo. Creo que tu hijo Jesucristo murió por mis pecados, resucitó de la muerte, está vivo y escucha mi oración. Invito a Jesús a que se convierta en el Señor de mi vida, a que gobierne y reine en mi corazón de este día en adelante. Por favor, envía tu Espíritu Santo para que me ayude a obedecerte y a hacer tu voluntad por el resto de mi vida. En el nombre de Jesús oro, amén.”
“Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados --les contestó Pedro--, y recibirán el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

Si decidiste recibir a Jesús el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más cerca de él, la Biblia nos dice que sigamos adelante con nuestro compromiso
  • Bautízate como lo ordenó Cristo.
  • Dile a otra persona de tu nueva fe en Cristo.
  • Pasa tiempo con Dios cada día. No tiene que ser un largo periodo de tiempo. Simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer su Palabra. Pídele a Dios que incremente tu fe y tu comprensión de la Biblia.
  • Busca estar en comunión con otros cristianos. Sé parte de un grupo de amigos Cristianos que responda tus inquietudes y te apoye.
  • Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.
¿Te convertiste en un seguidor de Jesús el día de hoy? Pulsa SI o NO

¿Eres ya un seguidor de Cristo? Por favor Pulsa Aquí.

La Gran Comisión

 - La Gran Aventura
Estás aquí: Jesucristo >> La Gran Comisión
La Gran Comisión - Una Orden Personal
La Gran Comisión es uno de los pasajes más significativos de la Sagrada Biblia. Primero, es la última orden registrada dada por Jesús a Sus discípulos. Segundo, es un llamado especial de Jesucristo para todos Sus seguidores a que actúen específicamente en esta tierra. La Gran Comisión se encuentra en el Evangelio de Mateo:

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Amén. (Mateo 28: 18-20)

La Gran Comisión - Su Importancia para los Cristianos
La Gran Comisión es el final de un evangelio y el comienzo de la fe en acción para todos los cristianos. Este mandamiento de Jesús es importante, porque es una orden personal a los cristianos de tener una fe profunda en Jesucristo, como se indica en el versículo 18. "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra." Esta es una afirmación increíblemente poderosa que exige fe en Jesucristo, validando Su poder en las vidas de los cristianos y en su compromiso con Él. Este versículo actúa como una clara afirmación de la omnipotencia de Cristo, y por lo tanto, de Su deidad. Si los cristianos no creen esta afirmación, no existe una fe completa. Jesús es my claro acerca de Su autoridad en el mundo -- es completa y total desde el mismo comienzo del tiempo (Juan 1:1-3).

En el versículo 19, Jesús les da órdenes específicas a Sus creyentes para seguir después de haber declarado su fe. "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo." Jesús llama a todos Sus seguidores a que actúen y compartan las Buenas Nuevas de la salvación en todo el mundo. La gente escucha este llamado y cada año hacen viajes misioneros por toda la tierra, difundiendo la palabra de Jesucristo. Muchos cristianos han hecho sacrificios increíbles, viajando a regiones remotas del mundo, más allá de las ciudades civilizadas, en junglas y desiertos. Los campos misioneros también pueden estar muy cerca del hogar. Puede ser un vecino que no ha escuchado las Buenas Nuevas, o un área afectada por la pobreza al final de la calle, donde la gente no puede comprar Biblias. En el siglo XXI, el Internet se ha convertido en un campo misionero donde la gente puede ponerse en contacto y compartir el amor de Cristo. ¡Los lugares y las personas que necesitan escuchar el evangelio están en todas partes!

Otro aspecto importante del versículo 19, es que Cristo está enseñando específicamente la doctrina de la Trinidad a Sus seguidores. Cada una de las Tres Personas de la Trinidad son igualmente y completamente Dios, y aquí son presentadas en el orden lógico de Padre, Hijo, y Espíritu Santo - pero Un sólo Dios desde el principio (Ver Romanos 1:20).

Finalmente, en el versículo 20, Jesús da una orden específica, y asegurando a Sus seguidores: "enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Se ordena a los cristianos que enseñen a otros acerca de Jesucristo y la totalidad de Su verdad. No podemos profesar a Cristo como Salvador y Señor, mientras que rechazamos algunas de Sus enseñanzas. Al enseñar las verdades de Cristo, el versículo 20 declara que podemos estar seguros, mediante la fe, de que Jesucristo nos sostendrá. Este hecho ha comprobado ser confiable a través de los siglos, a medida que los creyentes han escuchado, aceptado y compartido las Nuevas de Jesucristo. Sí, Cristo ascendió de nuevo a los cielos, ¡pero está presente por el poder del Espíritu Santo en cada creyente!
La Gran Comisión - Un Llamado Personal
En la Gran Comisión, Jesús llama a cada cristiano a salir por fe y difundir las Buenas Nuevas. ¡Esto es fe en acción! ¡La gente que obedece este mandamiento cambia su vida espiritual para siempre! Puede ser el compartir las Buenas Nuevas con un vecino, o el mudarse a otro país para llegarle a la gente allá. Puede ser el compartir con los niños menos afortunados de la misma calle, o el difundir la Palabra en un pueblo que quede a dos horas. Dondequiera que vayamos, cada cristiano fiel está obligado a través de la obediencia a compartir el Evangelio. Si usted es un creyente en Jesucristo, ¿adónde le ha llamado Él a ir? ¿A quién le ha puesto Dios en el corazón para que comparta el regalo de la salvación? ¿Qué pasos puede tomar, pequeños o grandes, con el conocimiento de que Cristo estará a su lado, "para hacer discípulos en todas las naciones"?
¡Crezca Más Ahora!


Cómo Obtener la Salvación

 - Recibe el Regalo
Estás aquí: Dios >> Cómo Obtener la Salvación
Cómo Obtener la Salvación – ¿Por qué el hombre necesita ser salvo?
Cómo obtener la salvación es la mayor pregunta en la vida de cualquier persona. Esta interrogante comienza cuando un hombre o una mujer se da cuenta por primera vez de su verdadero estado ante el santo Dios.

Esa íntima y dulce comunión que el Padre esperaba obtener con el hombre —la corona de su creación—, se perdió cuando Adán y Eva desobedecieron el mandamiento de Dios en el jardín del Edén. Cuando Adán y Eva pecaron, perdieron su derecho a comer del árbol de la vida, el cual les habría permitido vivir para siempre. Fueron expulsados del jardín y de esa forma, negaron la amorosa relación que Dios deseaba tener con ellos. Su estado pecaminoso los hizo inapropiados para estar en la presencia de Dios. Lejos de ser un evento menor, esta Caída y expulsión del hombre fue un punto cataclísmico en la historia que colocó a la humanidad en un descenso que continúa hasta la fecha.

El hombre sin Dios hace sus propios planes, sigue sus propios consejos y vive bajo sus propias reglas. Sin embargo, debido a que el hombre fue creado para la comunión con Dios, persiste una insatisfacción y la esperanza dentro del hombre que solamente puede ser satisfecha por Dios mismo. Dado que el hombre está ahora en una decadencia sin esperanza y que Dios es perfectamente santo, existe la necesidad de que Dios y el hombre se reconcilien y que la comunión pueda ser restaurada.

Cómo Obtener la Salvación – ¿Qué ha dado Dios para la salvación del hombre?
Cómo obtener la salvación ha sido perfilado por todos los hombres al predicar el evangelio. El evangelio son las buenas nuevas sobre Jesucristo. “Esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados…” (2 Corintios 5:19). Dios, conocedor de que el hombre caería, le proveyó de medios de reconciliación. Él sabía que no había nada que un hombre pudiera hacer para lograr que la humanidad fuera aceptable a Dios.

Dios envió a Jesucristo, quien proveyó restauración para el hombre con Dios, entregando su propia vida, derramando su propia sangre. No había otra manera de erradicar el efecto del pecado, excepto por la sangre. “... pues sin derramamiento de sangre no hay perdón” (Hebreos 9:22). Este derramamiento de sangre indicaba que la paga por el pecado había sido hecha; que una vida había sido sacrificada por la vida de todos los que habían pecado. La voluntad de Jesucristo de someterse a la masacre en la cruz, pagó el precio por nuestros pecados y otorgó los medios para la reconciliación. “Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:19).
Cómo Obtener la Salvación – ¿Qué debe hacer el hombre para obtener la salvación?
Cómo obtener la salvación está dentro del alcance de cada ser humano en la faz de la tierra. Cuando Cristo murió en la cruz, él proveyó salvación para todos. “Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Con esto daba Jesús a entender que iba a morir” (Juan 12:32-33). La salvación ha sido dada; ahora debe ser aceptada. Una vez que un hombre o mujer reconoce su necesidad de salvación y se da cuenta que Dios la ha dado a través de Jesucristo, él o ella deben recibirla.

La salvación es sencillamente un proceso de confesión y de fe. Un hombre debe confesar que Jesús es su Señor, lo cual significa que se da cuenta que Cristo debe tener completo control sobre su vida con todos los requerimientos justos que él hace. Esta confesión de Cristo como Señor, también implica que Cristo trabajará y cumplirá su propia justicia dentro del hombre.

Luego, el hombre debe creer que Dios ha levantado a Jesucristo de la muerte. Creer en la muerte y resurrección de Jesucristo, trae consigo el conocimiento de que la paga por el pecado ha sido hecha y el poder que tiene el hombre de vivir una vida libre de pecado. Por lo tanto, la relación del hombre con Dios es restaurada. “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Así dice la Escritura: ‘Todo el que confíe en él no será jamás defraudado’” (Romanos 10:9-11). ¿Sientes que no eres merecedor de “ir al cielo”? La paz con Dios está a tu alcance.

¿Has comprendido que eres un pecador y crees que Jesucristo vino como el único Redentor del pecado? ¿Estás listo para recibir el regalo de Dios; su hijo Jesucristo? Si es así, cree en Cristo, arrepiéntete de tus pecados y entrega el resto de tu vida a él como tu Señor:
    “Padre, sé que he quebrantado tus leyes y que mis pecados me han separado de ti. Estoy sinceramente arrepentido y ahora quiero apartarme de mi pasado pecaminoso y dirigirme hacia ti. Por favor, perdóname y ayúdame a no pecar de nuevo. Creo que tu hijo Jesucristo murió por mis pecados, resucitó de la muerte, está vivo y escucha mi oración. Invito a Jesús a que se convierta en el Señor de mi vida, a que gobierne y reine en mi corazón de este día en adelante. Por favor, envía tu Espíritu Santo para que me ayude a obedecerte y a hacer tu voluntad por el resto de mi vida. En el nombre de Jesús oro, amén.”
“Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados --les contestó Pedro--, y recibirán el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
  • Bautízate como lo ordenó Cristo.
  • Dile a otra persona de tu nueva fe en Cristo.
  • Pasa tiempo con Dios cada día. No tiene que ser un largo periodo de tiempo. Simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer su Palabra. Pídele a Dios que incremente tu fe y tu comprensión de la Biblia.
  • Busca estar en comunión con otros cristianos. Sé parte de un grupo de amigos Cristianos que responda tus inquietudes y te apoye.
  • Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.
¿Te convertiste en un seguidor de Jesús el día de hoy? Pulsa SI o NO

¿Eres ya un seguidor de Cristo? Por favor Pulsa Aquí.




 

martes, 19 de julio de 2016

REFLEXION BIBLICA
El capitán
El mar estaba muy picado hacía varios días.
La visibilidad era muy precaria. El capitán del enorme acorazado recomendó a su tripulación permanecer alerta.

- Por favor informe inmediatamente cualquier novedad. -ordenó con seguridad el capitán a su segundo-.
Tan pronto oscureció, uno de los marinos anunció:
- Atención, una luz está brillando hacia el norte.
- ¿Se está moviendo o está quieta? -preguntó el capitán. – ¡Se está moviendo! -respondió el segundo.
El capitán llamó al encargado de las señales yl e dijo:
- Avísele a esa embarcación que si sigue en esa dirección está en grave riesgo de estrellarse contra nosotros. Aconséjele que vire 20 grados hacia el este.
Como no hubo respuesta y la luz seguía acercándose el capitán decidió encargarse personalmente de la situación.
- Atención, atención. Habla el capitán de este gran acorazado. Le advertimos una vez más, cambie de curso o nos estrellaremos contra ustedes.
Háganlo ahora, insistió el capitán con firmeza.
Entonces una voz tranquila y segura le respondió:
Aquí habla el marinero Pérez. Acorazado, cambie usted su rumbo 20 grados hacia el este.
Al oír esto el capitán, ya salido de casillas y casi gritando, dijo:
- Por última vez marinero. Este es un barco de guerra, vire inmediatamente 20 grados hacia el este.
Y la respuesta que recibió fue:
Yo soy el encargado del faro y es usted es el que debe cambiar de curso, si no lo hace tendrá un accidente fatal.
A veces queremos que los demás cambien y hasta los amenazamos con estrellarnos. Es más fácil que tú cambies. Tú diriges tu barco. Ve a donde tú quieras y como todo buen capitán, sé flexible en la forma de construir los caminos. Escucha lo que los demás tengan que decir. Te puedes evitar una colisión.
Proverbios 11:2 "Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra: Mas con los humildes es la sabiduría"
Salmos 37:11 "Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz"
Mateo 11:29 "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas"
Isaías 57:15 "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados".

miércoles, 13 de julio de 2016

REFLEXION BIBLICA


La cuerda
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía después de años de preparación pero quería la gloria para él solo, por lo tanto, subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde y más tarde y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y decidió llegar a la cima.
Obscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado a tan sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires… caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo… y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos…
Como todo buen alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más remedio que gritar: "¡Ayúdame, Dios mío!" De repente una voz grave y profunda de los cielos contestó: "¿Qué quieres que haga, hijo mío?" "Sálvame, Dios mío." "¿Realmente crees que te pueda salvar?" "¡Por supuesto, Señor!" "Entonces corta la cuerda que te sostiene…" Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó…
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza con las manos a una cuerda… ¡A tan sólo dos metros del suelo… !
Y tú… ¿qué tan confiado estás de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas?…
Deuteronomio 31:8
"Y Dios es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni te intimides."