PLAN DE SALAVCIÓN
B- No importa lo que crea, siempre que
sea sincero
He aquí lo siguiente: un hombre, al sentirse mal, fue a buscar
medicamento. Pero, por equivocación, tomó un frasco de veneno e ingirió algo de
su contenido. Una hora más tarde murió sufriendo terribles dolores. ¿Se salvó
porque creía que era medicamento? Estaba realmente equivocado y, como
consecuencia, murió.
La salvación o
condenación de una persona depende de lo que ella crea. Si cree a Dios, será
salva eternamente, pero si cree las mentiras de Satanás, pasará la eternidad en
el infierno.
La Biblia dice: "Hay camino que al hombre le
parece derecho; pero su fin es caminos de muerte" (Proverbios 14:12).
"El que cree en el Hijo (Jesús) tiene vida eterna, pero el que
rehusa creer en el (desobedece) Hijo no verá la vida, sino que la ira de
Dios está sobre él" (Juan 3:36).
El Señor es el único camino para ir al cielo, a Dios. También es la verdad, el que saca todas las cosas a la luz, tales como son a los ojos de Dios. Por Jesús sabemos qué es el bien, el mal, el hombre, el mundo y Dios mismo. Él es la vida, necesaria para disfrutar de todo lo que Dios nos reveló. Por eso Jesús dice: "Nadie viene al Padre sino por mí". (Juan 14:6)
C- Nunca
en mi vida le he hecho daño a nadie
¿Quiere usted decir que nunca ha tenido un
mal pensamiento, ni ha mentido, ni ha tratado de engañar a nadie? ¿Ha amado a
Dios con todo el corazón, alma, fuerza y mente? ¿Ha amado a otros como a usted
mismo? Esta es la perfección que Dios requiere (Lucas 10:26-37).
El buen
samaritano
25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y
dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo
lees?
27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu
mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y
vivirás.
29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a
Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de
Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e
hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel
camino, y viéndole, pasó de largo.
32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar,
y viéndole, pasó de largo.
33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca
de él, y viéndole, fue movido a misericordia;
34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite
y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al
mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré
cuando regrese.
36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el
prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
37 Él dijo: El que usó de misericordia con él.
Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Por supuesto, nadie puede vivir una vida tan perfecta. Usted tiene que
admitir que ha pecado y Dios dice: "El alma que pecare, esa morirá"
(Ezequiel 18:4), y: "La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23).
Por lo tanto, ¿por qué no toma su lugar como perdido y derrotado ante los ojos
de Dios y deja de excusarse o tratar de cubrir sus pecados? No se los puede
esconder a Dios.
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