El tiempo oportuno de Cristo
enero 1, 2011
Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo.
Gálatas 4:4
La primera Navidad ocurrió en el momento oportuno. Gálatas
4:4-5 dice: “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido
de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la
ley”. ¿Qué era “el cumplimiento del tiempo”? El tiempo soberano de Dios. Él
ordenó los acontecimientos mundiales para que todo estuviera preparado para la
venida de Cristo y la subsiguiente evangelización de los apóstoles.
Al hacer un análisis de la iglesia primitiva, nos asombra la
rápida difusión del evangelio en menos de un siglo. La mano soberana de Dios se
destaca con toda claridad. La venida de Cristo no pudo haber sido en un tiempo
más propicio.
Tomado del devocional del 24 de diciembre de 2010,
ministerio Gracia a Vosotros (http://www.gracia.org/)
Leave a Comment » |
Cristo, Nacimiento, Navidad, Tiempo | Permalink
Escrito por
espaciobiblico
No más excusas
noviembre 21, 2010
Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les
prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. Mediante
este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro
modo, habrán creído en vano. Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo
mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que
fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, (1 Corintios
15.1-4)
Eevangeliol Evangelio de la muerte, sepultura y resurrección
del Señor Jesucristo es presentado diariamente a miles de personas y,
lamentablemente también son miles que lo rechazan a diario.
Las personas no pueden quedar sin respuesta ante la
presentación del Evangelio, no pueden haber términos medios, la gente o lo
recibe o lo rechaza, en este último se incluyen también a los indecisos. No
tomar una decisión por el Evangelio es rechazar el Evangelio.
Todas estas personas que lo rechazan a diario, tal vez no se
dan cuenta que su decisión tiene implicaciones eternas, desdichadamente para
perdición: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Juan
3.18)”; también, todos aquellos que tuvieron una respuesta favorable…su
decisión tiene implicaciones eternas, pero para vida.
Creo personalmente que la gente rechaza el mensaje del
Evangelio porque no creen necesitar que los salven, no tienen conciencia ni
convicción de que han pecado, que han ofendido a Dios; creen que las cosas que
ellos hacen no son pecado, el mentir, el robar, el ser infieles a sus
conyugues, matar, embriagarse, drogarse, practicar el homosexualismo son el
resultado del adaptarse a una sociedad que acepta y tolera estas prácticas.
Otros piensan que llevar una vida honesta, honrada y digna
es suficiente, y son demasiado buenos como para que Dios los condene, pasando
por alto que esa autojustificación fue la que Jesús más criticó de sus
adversarios los Fariseos.
Algunos recurren a la bondad y misericordia de Dios,
pensando que un Dios lleno de amor no condenará a los incrédulos; para otros es
un asunto de tiempo…primero se creen con el derecho de “disfrutar la vida” y
que luego podrán entregar sus vidas al Señor.
En fin, hay una y mil excusas que la gente expone para en su
momento rechazar el mensaje del Evangelio; sin embargo, La Palabra de Dios
tiene una respuesta para cada una de esas excusas, de tal forma…que el hombre
queda inexcusable como para tener una base sólida y rechazar el mensaje de la
salvación, veamos algunas de esas respuestas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario