lunes, 25 de mayo de 2015


El tiempo oportuno de Cristo

enero 1, 2011

Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo.

 

Gálatas 4:4

 

La primera Navidad ocurrió en el momento oportuno. Gálatas 4:4-5 dice: “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley”. ¿Qué era “el cumplimiento del tiempo”? El tiempo soberano de Dios. Él ordenó los acontecimientos mundiales para que todo estuviera preparado para la venida de Cristo y la subsiguiente evangelización de los apóstoles.

 

Al hacer un análisis de la iglesia primitiva, nos asombra la rápida difusión del evangelio en menos de un siglo. La mano soberana de Dios se destaca con toda claridad. La venida de Cristo no pudo haber sido en un tiempo más propicio.

 

 

 

Tomado del devocional del 24 de diciembre de 2010, ministerio Gracia a Vosotros (http://www.gracia.org/)

 

 

 

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 Escrito por espaciobiblico

 

No más excusas

noviembre 21, 2010

Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, (1 Corintios 15.1-4)

 

Eevangeliol Evangelio de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo es presentado diariamente a miles de personas y, lamentablemente también son miles que lo rechazan a diario.

 

Las personas no pueden quedar sin respuesta ante la presentación del Evangelio, no pueden haber términos medios, la gente o lo recibe o lo rechaza, en este último se incluyen también a los indecisos. No tomar una decisión por el Evangelio es rechazar el Evangelio.

 

Todas estas personas que lo rechazan a diario, tal vez no se dan cuenta que su decisión tiene implicaciones eternas, desdichadamente para perdición: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Juan 3.18)”; también, todos aquellos que tuvieron una respuesta favorable…su decisión tiene implicaciones eternas, pero para vida.

 

Creo personalmente que la gente rechaza el mensaje del Evangelio porque no creen necesitar que los salven, no tienen conciencia ni convicción de que han pecado, que han ofendido a Dios; creen que las cosas que ellos hacen no son pecado, el mentir, el robar, el ser infieles a sus conyugues, matar, embriagarse, drogarse, practicar el homosexualismo son el resultado del adaptarse a una sociedad que acepta y tolera estas prácticas.

 

Otros piensan que llevar una vida honesta, honrada y digna es suficiente, y son demasiado buenos como para que Dios los condene, pasando por alto que esa autojustificación fue la que Jesús más criticó de sus adversarios los Fariseos.

 

Algunos recurren a la bondad y misericordia de Dios, pensando que un Dios lleno de amor no condenará a los incrédulos; para otros es un asunto de tiempo…primero se creen con el derecho de “disfrutar la vida” y que luego podrán entregar sus vidas al Señor.



 

En fin, hay una y mil excusas que la gente expone para en su momento rechazar el mensaje del Evangelio; sin embargo, La Palabra de Dios tiene una respuesta para cada una de esas excusas, de tal forma…que el hombre queda inexcusable como para tener una base sólida y rechazar el mensaje de la salvación, veamos algunas de esas respuestas:

 

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