LECCIÓN 2--LA AUTORIDAD EN EL
CRISTIANISMO
Tenemos que tener las normas y las autoridades en todo asunto de la
vida. Si no las tenemos, tendríamos mucha confusión. Toda nación tiene un
gobierno que ejerce la autoridad sobre ella. El director y los maestros ejercen
la autoridad en la escuela. Los padres ejercen la autoridad en el hogar.
En el cristianismo vemos mucha división y confusión. ¿Por qué? ¡Porque
no seguimos la norma de la autoridad verdadera! El resultado es que existen
centenares de iglesias con muchas distintas enseñanzas.
Antes de que podamos quitar la confusión, tenemos que estar de acuerdo
sobre cuál es la autoridad en el cristianismo. ¿Qué debe de ser?
La bíblia es la autoridad en el cristianismo porque es la palabra
inspirada por Dios. El apóstol Pablo, al escribir a Timoteo, dijo:
«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (2 Timoteo
3:16,17).
Pedro dijo, «…los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo» (2 Pedro 1:21). Pedro habló respecto
a los hombres que escribieron la bíblia. Lo que esos hombres escribieron fue
mandado. El Espíritu Santo es él quien se lo mandó. Si escuchamos lo que dice
la bíblia, escuchamos a Dios. Dios es perfecto. Lo que él dice es correcto. El
hombre no es perfecto. Nos equivocamos. No debemos de escuchar al hombre porque
ese se equivoca a veces. Puesto que Dios no puede equivocarse, tenemos que
escucharle a él. Así conoceríamos que tenemos razón.
«…tu palabra es verdad» (Juan 17:17). La bíblia es la
Palabra de Dios. Las palabras de Dios son verdad. Por lo tanto, la bíblia
contiene toda la verdad.
La bíblia es la autoridad en el cristianismo porque no es del hombre el
ordenar sus pasos. «Conozco, o Jehová, que el hombre no es señor de su
camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos» (Jeremías 10:23). Muchas
personas creen que pueden por sí mismas decidir lo que es correcto en el
cristianismo. Cuando el hombre orderna sus propios pasos halla muchos
problemas. Cuando escucha a Dios le va mucho mejor. Si los hombres pudiéramos
ordenar nuestros pasos, Dios no nos hubiera dado la bíblia. Para encontrar el
camino de vida el cual es agradable para Dios, tenemos que permitir que la
bíblia sea nuestra guía.
SEREMOS JUZGADOS A BASE DE LA BÍBLIA
La bíblia es la autoridad en el cristianismo porque seremos juzgados a
base de ella cuando Cristo venga por segunda vez.«…está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (Hebreos 9:27).
Ninguno puede escaparse de la muerte. Todo el mundo está de acuerdo con
eso. Tampoco nadie puede escaparse del juicio. Dado que no podemos escaparnos
del juicio tenemos que prepararnos para lo mismo. Pero, ¿cómo se prepara para
el juicio? Por medio de escuchar a Jesús. Dios le dio a Jesús la autoridad para
hablar. Serán las palabras de Cristo que nos juzgarán:
«El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la
palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero» (Juan 12:48).
Cada hombre será juzgado por su propia vida. «…y entonces pagará
a cada uno conforme a sus obras» (Mateo 16:27). «Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba
según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo» (2
Corintios 5:10).
La bíblia es la autoridad en el cristianismo porque nos dice qué hacer
para ser salvo. «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder
de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también
al griego» (Romanos 1:16). «Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le obedecen» (Hebreos 5:9).
Ninguno menos Jesús puede decirnos qué hacer para ser salvo. ¿Qué dice
Jesús es lo que tenemos que hacer para ser salvos? Jesús dijo, «El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado»
(Marcos 16:16).
Además leemos en el libro de los Hechos: «Pedro les dijo:
Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hechos 2:38).
Para ser salvos, tenemos que creer que Jesús es el
Hijo de Dios y que se murió para que tengamos el perdón de los pecados. Tenemos
que arrepentirnos [decidir dar espalda a la práctica de los pecados y volver a
hacer las cosas conforme a Dios] de nuestros pecados. Entonces, tenemos que ser
bautizados [sepultados rápido en agua] para el perdón de nuestros pecados.
CONCLUSION
Si no aceptamos la bíblia como la autoridad en el cristianismo, entonces
no estamos escuchando a Dios. Dios no se agrada con eso. Dios condena a
aquellos que no le escuchan. La bíblia dice lo siguiente al respecto:
«Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema» (Gálatas 1:8).
Si hacemos caso de las enseñanzas de los hombres, no tenemos a Dios en
nuestras vidas.
«Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no
tiene a Dios; el que perservera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al
Padre (Dios) y al Hijo» (2 Juan 9).
¿Escucha Ud. las enseñanzas de Cristo o las enseñanzas de los hombres?
No hay comentarios:
Publicar un comentario