Los israelitas miraron a la serpiente de metal y se salvaron del veneno; y nosotros ahora, en este tiempo, ¿qué es lo que debemos hacer?; esta pregunta, la más importante pregunta que cualquier persona pueda hacerse, está registrada y también contestada en la Palabra de Dios en varias formas que significan una misma cosa TENER FE EN CRISTO Y SU SACRIFICIO:
"Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo." (Hechos 2: 21)
"Si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud. Porque la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia de judío y de griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan: Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo." (Romanos 10: 9-13)
Esto significa que después de que nos enteramos y cuando creemos de corazón que Cristo murió por nosotros y que vive ahora y nos escucha, entonces acudiremos directamente a Dios pidiéndole confiados que nos salve en el nombre de su Hijo Jesucristo; porque evidentemente esto de la salvación no debe quedar en un mero razonamiento que nos hacemos a nosotros mismos; sería triste que sepamos que Cristo murió en la Cruz para salvarnos y que no creamos necesario aceptarlo ni que Él es el Señor poderoso que está vivo y dispuesto a salvarnos ahora; éste es un asunto crucial de un trato directo entre Dios y nosotros. Supongamos que un hombre que no sabe nadar se esté debatiendo en el agua sin ningún tipo de salvavidas, supongamos que este hombre empiece a razonar: "sé que esas personas que están cerca de mí podrán salvarme"; pero supongamos que el hombre no pide auxilio; se ahogará sin remedio si esas personas no lo ven. Pero el asunto con Dios es muy diferente; nosotros hemos ofendido a Dios y debemos decidir que aceptamos su perdón pidiéndole auxilio y salvación en nombre de Cristo. Nosotros sin Cristo estamos perdidos; pero cuando Dios se nos revela con esta novedad de que Él en persona nos salvará de nuestros pecados gracias al sacrificio de su Hijo Jesucristo, cuando creemos de verdad respondemos directamente ante la persona de Dios; Él escuchará nuestro pedido de auxilio y salvación en el nombre de Cristo "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3: 16).
"Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare." (Hechos 2: 37-39)
Dios mismo se encarga de convencernos de nuestra inmensa y urgente necesidad de salvación; las personas que oyendo el mensaje de la salvación se preocupan de verdad y se afligen de corazón por su situación deseando ser salvados, pueden salvarse arrepintiéndose de sus pecados, arrepentirse significa aquí un volverse sinceramente a Jesucristo para que Él les salve de sus pecados; no significa que tratarán de volverse más buenos por sus propios esfuerzos para que Dios les salve (eso sería tratar de salvarnos a nosotros mismos con nuestros méritos, lo cual es inaceptable para Dios), el arrepentimiento significa más bien un definido y sincero reconocimiento de nuestra condición desesperada de pecadores condenados más la fe en que sólo Jesucristo puede salvarnos y no nosotros a nosotros mismos; y Dios hará el resto, nos salvará y nos limpiará de nuestros pecados. Arrepentimiento es una palabra que significa en la Biblia "cambio de entendimiento"; cuando uno no conoce, está entendiendo que su salvación depende de sí mismo o de otros que no son Jesucristo; pero cuando uno llega a creer en el sacrificio de Cristo y lo acepta con fe como lo único que puede salvarle, entonces su entendimiento cambió, es decir se arrepintió.
En cuanto al bautismo, se debe aclarar que en el texto de la Biblia significa "sumergimiento" o "inmersión" y que es el testimonio público que los nuevos creyentes dan delante de la Iglesia de Cristo siendo sumergidos simbólicamente en el agua. La condición para que una persona pueda bautizarse es que se haya arrepentido, es decir que haya creído en Cristo como el Salvador de sus pecados; el bautismo también simboliza la poderosa obra interior que el Espíritu Santo hace en la persona haciendo de ella una persona nueva, es decir una persona con un espíritu renovado que puede tener comunión con Dios y avanzar en santidad. La persona antes de arrepentirse todavía está distanciada y separada de Dios, el pecado hace separación entre ella y Dios; pero cuando la persona se refugia en Cristo, el Espíritu Santo viene a vivir para siempre en su corazón:
"En el cual [Cristo] esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa." (Efesios 1: 13)
El Espíritu Santo viene entonces inmediatamente en el momento en que la persona cree de corazón en Jesús, es decir antes del bautismo en agua que sólo es un símbolo de lo que Dios ya hizo antes en el corazón de la persona creyente, como se evidencia claramente en las palabras siguientes del apóstol Pedro:
"Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?" (Hechos 10:47)
Vemos entonces claramente que el bautismo en agua deben recibirlo los que creyeron en Cristo y por lo tanto ya recibieron el Espíritu Santo; entonces el bautismo no es una condición para salvarse, es más bien un testimonio público ante la Iglesia que Dios manda al que ya está salvado para siempre por Jesucristo.
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