1. Parábolas
sobre el Reino de Dios
En las parábolas pertenecientes al primer grupo, nuestro Señor Jesucristo
nos ofrece la Enseñanza Espiritual en cuanto a la propagación en el
mundo del Reino de Dios o el Reino Celestial. Bajo estos nombres se
debe entender la Iglesia de Cristo en la tierra la cual se componía al
principio de doce Apóstoles y los discípulos más cercanos a Cristo. Después de
que el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, en el día de la
Pentecostés, continuó la dispersión de la palabra del Señor por medio de los
apóstoles en otros paises. Debido a su esencia espiritual, la Iglesia de Cristo
no se limita por territorios, grupos étnicos, cultura, idiomas, etc. La Gracia
de Dios entra y vive en las almas de la gente, iluminando sus mentes y
conciencias, dirigiendo las voluntades de los mismos, hacia el bien. Aquella
gente que se hizo miembro de la Iglesia de Cristo, se llama en las parábolas
"hijos del Reino," contrario a los infieles y pecadores que no se
arrepienten, llamados "hijos del tentador." Sobre las condiciones en
cuanto a la propagación y fortalecimiento del Reino de Dios en la gente, se
recuenta en las parábolas del Sembrador, la Cizaña, del Crecimiento de la
semilla, la Semilla de la mostaza, la Levadura y del Tesoro guardado en el
campo.
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