REFLEXIONES CRISTIANAS
No te Dejare si no me Bendices
Daniel L.Bustamante
Dios bendecirá a áquel que confía y es obediente a El, aún en las circunstancias mas difíciles, cuando no se vé la salida al problema.
“No te dejaré si no me bendices”... “Cuál
es tu nombre, y el respondió Jacob, y el varón le dijo: no se dirá mas
tu nombre Jacob, sinó Israel, porqué has luchado con Dios y con los
hombres y has vencido. Génesis 32:26-28
Jacob está volviendo a la tierra que ha dejado años atrás, está preparándose para encontrarse con su hermano.
Cuando está cerca de encontrarse con él, está nervioso, porque no sabe como reaccionará su hermano, después de las trampas que él le había hecho.
Entonces el prepara una estrategia de grupos, cosa de poder escapar si su hermano lo ataca. Una cosa es cierta del tramposo Jacob; cuando buscó la primogenitura, fué porque quería la bendición.
Cuando engañó al padre, también fué porque quería tener la bendición. Por esa razón, cuando se dá cuenta de la presencia de Dios, no quiere perder la oportunidad de buscar la bendición de Dios. Ahora, ha enviado a todos sus siervos, mujeres e hijos delante suyo y él queda solo, y pelea para conseguir la bendición.
Cuantas veces enfrentamos momentos difíciles y buscamos consejo, y el consejo recibido está en contra del deseo de Dios. Argumentos humanos, métodos psicológicos, relaciones públicas, tratamientos discrecionales. A veces es necesario, pagar un precio, por la bendición de Dios.
Algunos pueden oponerse o dejarnos solos en la mas triste indiferencia, pero si nosotros, buscamos la bendición de Dios, la seguridad de la victoria estará al alcance de la mano. Los resultados de la obra del Espíritu Santo en nosotros serán verdaderos y serán vistos de todos. No se puede ser un discípulo de Dios, y vivir haciendo lo que dice el mundo y su filosofía de vida.
Dios bendecirá a áquel que confía y es obediente a El, aún en las circunstancias mas difíciles, cuando no se vé la salida al problema. Confía en El, tómate de sus promesas y has como recomienda el Salmo 37:3-5 “Confía en Jehová y haz el bien;... espera en Jehová y El te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en El y El hará”.
¡Señor ayúdame a confiar en ti sabiendo que tu eres el que dá la bendición que permanece!
Jacob está volviendo a la tierra que ha dejado años atrás, está preparándose para encontrarse con su hermano.
Cuando está cerca de encontrarse con él, está nervioso, porque no sabe como reaccionará su hermano, después de las trampas que él le había hecho.
Entonces el prepara una estrategia de grupos, cosa de poder escapar si su hermano lo ataca. Una cosa es cierta del tramposo Jacob; cuando buscó la primogenitura, fué porque quería la bendición.
Cuando engañó al padre, también fué porque quería tener la bendición. Por esa razón, cuando se dá cuenta de la presencia de Dios, no quiere perder la oportunidad de buscar la bendición de Dios. Ahora, ha enviado a todos sus siervos, mujeres e hijos delante suyo y él queda solo, y pelea para conseguir la bendición.
Cuantas veces enfrentamos momentos difíciles y buscamos consejo, y el consejo recibido está en contra del deseo de Dios. Argumentos humanos, métodos psicológicos, relaciones públicas, tratamientos discrecionales. A veces es necesario, pagar un precio, por la bendición de Dios.
Algunos pueden oponerse o dejarnos solos en la mas triste indiferencia, pero si nosotros, buscamos la bendición de Dios, la seguridad de la victoria estará al alcance de la mano. Los resultados de la obra del Espíritu Santo en nosotros serán verdaderos y serán vistos de todos. No se puede ser un discípulo de Dios, y vivir haciendo lo que dice el mundo y su filosofía de vida.
Dios bendecirá a áquel que confía y es obediente a El, aún en las circunstancias mas difíciles, cuando no se vé la salida al problema. Confía en El, tómate de sus promesas y has como recomienda el Salmo 37:3-5 “Confía en Jehová y haz el bien;... espera en Jehová y El te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en El y El hará”.
¡Señor ayúdame a confiar en ti sabiendo que tu eres el que dá la bendición que permanece!
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