NUESTRO PAN DIARIO
Brazos abiertos
14 Marzo 2017
Brazos abiertos
Leer: Salmo 139:17-24 | La Biblia en un año: Deuteronomio 23–25; Marcos 14:1-26
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos (v. 23).
El día que mi esposo y yo empezamos nuestra travesía de cuidar a
nuestros padres ancianos, fue como tomarnos del brazo y sentir que
estábamos cayendo por un precipicio. No sabíamos que, durante ese
proceso, la tarea más difícil sería permitir que Dios examinara y
moldeara nuestros corazones a fin de usar ese tiempo especial para que
aprendiéramos nuevas maneras de ser como Él.
Los días en que
sentía que me hundía en la tierra en una descontrolada caída libre, Dios
me mostraba mis prioridades, mis reservas, mis miedos, mi orgullo y mi
egoísmo. Utilizó mis grietas para mostrarme su amor y su perdón.
El pastor de mi iglesia dice: «El mejor día es aquel en que ves quién
eres en realidad: alguien desesperado sin Cristo. Luego, te ves como
Cristo te ve: completo en Él». Esta fue la bendición que experimenté al
cuidar a mis padres. Cuando veía para qué me había creado Dios, corría
llorando hacia sus brazos, y clamaba con el salmista: «Examíname, oh
Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos» (Salmo
139:23).
Esta es mi oración por ti: que, al verte en medio de tus
circunstancias, corras hacia los brazos abiertos, amorosos y
perdonadores de Dios.
Señor, necesito tu amor, sabiduría y gracia. Examina, conoce y sana mi corazón.
Cuando la preocupación se instala, las fuerzas se van; pero estas vuelven cuando corremos hacia Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario