NUESTRO PAN DIARIO
REORIENTACIÓN
Lectura: 2 Samuel 12:1-15.
Entonces dijo Natán a David:
Tú eres aquel hombre… --2 Samuel 12:7.
Como parte de una actividad evangelizadora en la
comunidad, un grupo de creyentes invitó a un popular atleta profesional para que
diera su testimonio. Cuando llegó, uno de los organizadores notó que se estaba comportándose
con un poco de arrogancia. Llamó al invitado aparte y dijo: «Hemos estado
orando por este evento durante mucho tiempo. La gente necesita ver a Cristo en
ti. Te estás portando con engreimiento y eso no va a hacerle bien a nadie.»
Enfrentar a un atleta famoso es una cosa, pero, ¿te
imaginas lo que es enfrentar a un rey? Eso fue lo que el profeta Natán hizo cuando
se enteró del pecado de David con Betsabé. De pie delante del monarca, contó
una historia sobre un hombre rico que le había robado a un hombre pobre, y después
le dijo a David: «¡Tú eres aquel hombre!» (2 Samuel 12:7). En lugar de enojarse
con Natán, el rey confesó su pecado y buscó ser restaurado.
Nunca es fácil confrontar a nadie, y a algunos les da
mucho miedo. Sin embargo, hay que reprender la mala conducta que obstaculiza la
obra de Dios.
El atleta reconoció su problema, tuvo un ministerio
fructífero aquel día y luego le agradeció al hombre que lo confrontó. David fue
restaurado y volvió a recibir el favor de Dios. Tal vez conozcas a alguien que
esté yendo por el camino equivocado. Pídele al Señor valor y sabiduría para reorientarlo.
--JDB
REFLEXIÓN: Pasar por alto el pecado permite que este crezca.
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