lunes, 2 de marzo de 2015


NUESTRO PAN DIARIO

REORIENTACIÓN

Lectura: 2 Samuel 12:1-15.
Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre… --2 Samuel 12:7.
Como parte de una actividad evangelizadora en la comunidad, un grupo de creyentes invitó a un popular atleta profesional para que diera su testimonio. Cuando llegó, uno de los organizadores notó que se estaba comportándose con un poco de arrogancia. Llamó al invitado aparte y dijo: «Hemos estado orando por este evento durante mucho tiempo. La gente necesita ver a Cristo en ti. Te estás portando con engreimiento y eso no va a hacerle bien a nadie.»
Enfrentar a un atleta famoso es una cosa, pero, ¿te imaginas lo que es enfrentar a un rey? Eso fue lo que el profeta Natán hizo cuando se enteró del pecado de David con Betsabé. De pie delante del monarca, contó una historia sobre un hombre rico que le había robado a un hombre pobre, y después le dijo a David: «¡Tú eres aquel hombre!» (2 Samuel 12:7). En lugar de enojarse con Natán, el rey confesó su pecado y buscó ser restaurado.
Nunca es fácil confrontar a nadie, y a algunos les da mucho miedo. Sin embargo, hay que reprender la mala conducta que obstaculiza la obra de Dios.
El atleta reconoció su problema, tuvo un ministerio fructífero aquel día y luego le agradeció al hombre que lo confrontó. David fue restaurado y volvió a recibir el favor de Dios. Tal vez conozcas a alguien que esté yendo por el camino equivocado. Pídele al Señor valor y sabiduría para reorientarlo. --JDB
REFLEXIÓN: Pasar por alto el pecado permite que este crezca.

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