En el pasaje de Juan 3.14-16 que estamos considerando, Jesús se llama a sí mismo: "el Hijo del Hombre", expresión que nos habla de la humanidad de Jesús como también de su carácter representativo de la raza humana entera (no olvidemos que Él nos reemplazó a todos en la cruz sufriendo nuestra condenación). Jesús es verdaderamente alguien maravilloso porque es una sola persona que posee dos naturalezas: la naturaleza divina (que siempre tuvo) y la naturaleza humana (que por su gran poder infinito Él añadió a su persona); así que nuestro Señor Jesucristo es una persona que posee dos conciencias a la vez: la conciencia en su divinidad y la conciencia en su humanidad sin pecado. En el Antiguo Testamento de la Biblia ya estaba profetizada siglos antes de que sucediera, la venida de este Hijo nuestro (hombre), pero que era en realidad de origen y naturaleza divinos:
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." (Isaías 9: 6)
Este hermoso pasaje de la Biblia profetiza el nacimiento de Jesús, el Hijo del Hombre que vendría a salvarnos, a la vez que afirma su divinidad. Cristo también es llamado "Padre eterno" no porque sea el Dios Padre que es su Padre; sino porque Él será para los que crean en Él un padre, Él dice:
"He aquí, yo [Cristo] y los hijos que me dio Dios [el Padre]." (Hebreos 2: 13)
El sacrificio de Cristo fue tan necesario que Él mismo asumió la naturaleza humana para poder morir por nosotros.
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