miércoles, 27 de abril de 2016

MOISÉS SEÑALA A JESÚS:

En la época en que Cristo estaba en la tierra muchas personas pensaban que podían salvarse mediante sus buenas obras y el cumplimiento de la ley que Dios reveló por medio de Moisés; pero Cristo les saca de su error diciéndoles que Moisés no puede salvarles sino que por el contrario los condena:

"No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis." (Juan 5: 45)

Pero no obstante esto, la ley que condena también nos dice donde está la solución: en Jesucristo el Salvador:

"Porque si vosotros creyeseis a Moisés, creeríais a mí [a Jesús]; porque de mí escribió él [Moisés]." (Juan 5: 46)

Moisés señala a Jesús.

Muchas personas hoy en día también creen que la forma de alcanzar la salvación es tratando de cumplir la ley de Dios que Él dio por medio de Moisés, es decir que están tratando de salvarse mediante sus buenas obras. Dios advierte a todas las personas en su Palabra que esa no es la forma de salvarse, Él dice:

"Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de Él; porque por la ley es el conocimiento del pecado." (Romanos 3: 20)

Nadie en absoluto podrá ser justificado (reconocido justo) delante de Dios por las obras que haga; la ley de Dios no es el camino de la salvación; Dios nos dice que la finalidad de la ley es que reconozcamos que somos pecadores; pues viendo la ley vemos, (si somos sinceros), que nunca la hemos cumplido a la perfección y que por lo tanto ya estamos condenados. Pero gracias a Dios que Él proveyó para nosotros la salvación en Jesucristo; porque en la ley y en nuestros méritos no hay salvación alguna. Los israelitas mordidos por las serpientes no se salvaron por mirar a Moisés, en la persona de Moisés no estaba la solución; la solución estaba en esa serpiente de metal en lo alto del asta. La solución para nosotros no está en la ley que Dios dio a Moisés; la solución está en Jesucristo que fue levantado en lo alto de una cruz por nosotros.

Moisés todo lo que podía hacer era señalar humildemente hacia arriba donde Dios había hecho colocar la serpiente de metal en lo alto del asta; los israelitas mordidos sabían, porque Moisés se lo había dicho, que debían mirar a la serpiente de metal allá arriba. Cuando era niño muchas veces me tocó izar la bandera en el mástil de mi escuela; y yo apenas alcanzaba los alambres donde se ataba la bandera, de modo que debía levantar mucho mi cabeza y mis brazos hacia arriba, y todos los demás alumnos seguían con su mirada hacia arriba la subida de la bandera. Estoy seguro de que el mástil donde estaba la serpiente de metal era mucho más alto de lo que me parecía el mástil de la bandera; la serpiente de metal estaba tan alta que todo el pueblo de Israel podía verla desde lejos; Moisés en cambio estaba abajo señalando hacia arriba. De la misma manera Cristo está más alto y es superior a la ley; porque la ley sólo puede condenar nuestros pecados; pero Cristo vino a salvarnos de la condenación de nuestros pecados:

"Porque la ley por Moisés fue dada: mas la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha." (Juan 1: 17)

La gracia trae salvación gratuita, para los que se arrepienten de sus pecados y acuden al sacrificio de Cristo para salvación; Cristo pagó completamente el precio de nuestra salvación de manera que nosotros la recibimos gratis; sólo que debemos tomar este regalo de las manos de Dios creyendo en Él, es decir sólo por medio de la fe en el sacrificio de Cristo como lo dice Dios:

"Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2: 8, 9)

La necesidad del sacrificio de Cristo es tan grande porque es por la fe en ese sacrificio del Señor que nos salvamos y no por nuestros propios méritos.

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