En el texto de la Biblia que hemos leído y que vamos a considerar en este mensaje hasta el final, el Señor Jesucristo se llama a sí mismo "el Hijo del Hombre", es Jesús quien habla allí para afirmar la necesidad ineludible de su propio sacrificio por nosotros cuando dice: "es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado [en la cruz]".
Cierta vez viajé desde la ciudad donde vivo (llamada Corrientes) hasta la ciudad de Buenos Aires (Capital de Argentina, mi país); para eso tuve que adquirir un pasaje de un coche con destino final en Buenos Aires; en mi pasaje estaba marcado con una equis "Buenos Aires", las rutas unían Corrientes con Buenos Aires y los choferes del coche tenían en su mente llegar finalmente a Buenos Aires; que era el destino final de ese viaje y también mi objetivo. Del mismo modo el Señor Jesucristo vino desde el cielo a la tierra con un objetivo preciso según su propio dicho:
"Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido." (Mateo 18: 11)
"Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos." (Mateo 20: 28)
El pensamiento del Señor Jesucristo era llegar a esa culminación en donde daría su vida en la cruz; y como Él mismo lo dice su sacrificio tiene el resultado positivo de salvar y rescatar de la eterna perdición a muchas personas; y ¿quién se salvará de entre todas las personas?: Los que crean en el sacrificio de Jesús en lugar de ellos. La gran necesidad del sacrificio de Cristo se entiende entonces cuando sabemos que ése era el objetivo de Cristo para poder salvarnos, el tenía en su mente la cruz y en su corazón las almas que venía a salvar; el vino dispuesto a padecer la agonía de la muerte para que nosotros no tengamos que padecer la agonía de la condenación eterna.
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