domingo, 5 de junio de 2016

LA NECESIDAD DE LAS PERSONAS:

Es el terrible estado y el destino de condenación de todos nosotros lo que hizo necesario el sacrificio de Cristo; si nosotros no hubiéramos estado perdidos y condenados con rumbo directo al infierno no hubiera sido necesario que Jesús viniera a sufrir el castigo que a nosotros nos tocaría; pero por nuestra causa vino Él, para que nosotros no seamos condenados:

"Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre Él; y por su llaga fuimos nosotros curados." (Isaías 53: 3-5)

La gran necesidad del sacrificio de Cristo nació de nuestra gran necesidad de salvación.

Como dice la Biblia "fue menospreciado, y no lo estimamos" muchas personas no comprenden todavía lo que el sacrificio de Cristo significa para ellos; porque no ven la necesidad de él. En un principio ni siquiera los discípulos de Cristo entendían la imperiosa necesidad de este sacrificio como nos narra la Biblia:

"Y [Jesús] comenzó a enseñarles, que convenía que el Hijo del Hombre padeciese mucho, y ser reprobado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. Y claramente decía esta palabra. Entonces Pedro le tomó, y le comenzó a reprender. Y Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, riñó a Pedro, diciendo: Apártate de mí, Satanás; porque no sabes las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres." (Marcos 8: 31-33)

Pedro no sabía lo que decía; sin el sacrificio de Cristo tanto Pedro como todos nosotros no tendríamos como salvarnos. Así también muchísimas personas hoy todavía no se dan cuenta de cuanto necesitan de este sacrificio. Pedro estaba con la mente en otras cosas, muchas personas están con la mente en otras cosas y no piensan en las cosas de Dios.

Pedro todavía no se reconocía a sí mismo como un pecador perdido necesitado de urgente salvación; igualmente muchas personas todavía no están verdaderamente convencidas de que son seres pecadores y por lo tanto condenados, de allí que el sacrificio salvador de Jesús no tenga para ellos la importancia infinita que realmente tiene. Una cosa que puede ayudarnos a entender nuestra condición propia desesperada en sí misma es lo que Dios declara en la Biblia sobre todas las personas sin excepción:

"¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos acusado a judíos y a gentiles, [los que no son judíos], que todos están debajo de pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno: Sepulcro abierto es su garganta; con sus lenguas tratan engañosamente; veneno de áspides está debajo de sus labios; cuya boca está llena de maledicencia y de amargura; sus pies son ligeros a derramar sangre; quebrantamiento y desventura hay en sus caminos; y camino de paz no conocieron: no hay temor de Dios delante de sus ojos." (Romanos 3:9-18)

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios." (Romanos 3: 23)

En nuestras propias personas, así creamos ser los más buenos de la tierra, no hay esperanza de salvación, no hay ni habrá méritos suficientes para salvarnos; el primer hombre Adán fue condenado por un solo pecado, y nosotros que somos pecadores desde la raíz de nuestro ser, en nosotros mismos esperanza de salvación no tenemos. Pero gracias a Dios Él nos envió a Jesús para salvarnos y aunque no hay esperanza de nuestra parte, afuera de nosotros está la salvación en Jesucristo para todos los que crean en su sacrificio por nosotros, Él sufrió la condena en nuestro lugar para que nosotros quedemos totalmente liberados para siempre de toda condenación:

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios; siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús." (Romanos 3: 23-24)

Nosotros somos pecadores y no podíamos alcanzar la gloria de Dios con nuestros méritos, ya estabamos condenados, pero Dios ideó la forma para declararnos justos ("justificados") en base a los méritos de otro, de Jesucristo, gratis, sin que nosotros paguemos nada. Teniendo en vista que Cristo ya ha cumplimentado por nosotros tenemos que saber reconocer sinceramente nuestra condición de pecadores y aferrarnos fuertemente al sacrificio de Cristo que nos salvará para siempre. Grande es nuestra necesidad del sacrificio de Cristo.

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