viernes, 24 de junio de 2016

EL PELIGRO DE APRENDER POR LA EXPERIENCIA SIN APOYO BÍBLICO:

¿Pero qué hacer con la experiencia?, muchos afirmarán que los cristianos pueden dar su palabra sobre su experiencia y que deberíamos escucharlos y aprender. Es verdad que la experiencia nos muestra muchas cosas, no sólo nuestra propia experiencia, sino la experiencia de otros, ya sea aquellas experiencias de las que fuimos testigos como las que nos son trasmitidas a través de los escritos o el testimonio de otros cristianos. Pero debemos notar que las experiencias no nos enseñan, es la Palabra de Dios la que nos dará un correcto entendimiento para juzgar las experiencias variadas que vienen a reclamar nuestra atención y, a veces, nuestra sumisa y sin examen aceptación. Más aún debemos apoyarnos en la Biblia sabiendo que vivimos tiempos peligrosos y de apostasía; porque hoy en día hay muchos hombres que lejos de ser cristianos son falsos profetas, y ponen sus experiencias por encima de la Palabra de Dios; son tan subjetivos que son sus experiencias y su propio veredicto humano sobre tales experiencias los que mandan en su vida; seguidamente, tales personas tuercen, quitan y añaden a la Biblia lo que sea necesario con tal de convalidar su propio parecer sobre sus propias experiencias; luego escriben libros que prometen grandes cosas, asombrosas, nuevas, renovadas, basadas en su experiencia "fresca"; algunos hasta hablan de profecía fresca elevando sus expresiones al mismo nivel que la Biblia, si es que no a un nivel mayor ya que su palabra es fresca (¿Y la Biblia no es fresca?). La Biblia, en tales casos, se convierte en un triste libro marginal de donde pueden tomarse trozos arrancados de su contexto a fin de socorrer y convalidar los hallazgos personales de estos hombres. Pero nosotros no nos basaremos en las apreciaciones humanas sobre experiencias particulares, hoy en día abundan las experiencias antibíblicas, antibíblicamente interpretadas, eso es muy peligroso.

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