Lugares para pescar

Leer: Apocalipsis 22:1-5
| La Biblia en un año: 1 Samuel 30–31
Lucas 13:23-35
Lucas 13:23-35
… fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables… (2 Corintios 12:4).
Hace poco, falleció un amigo mío al que le gustaba pescar. Por lo
general, pasaba los fines de semana en su pequeño bote en un lago
cercano, pescando. El otro día, recibí una carta de su hija, donde me
decía que, como su padre se había ido al cielo, había hablado de ese
tema con sus nietos. El de seis años, al que también le encanta pescar,
explicó cómo era el cielo y lo que estaba haciendo su bisabuelo: «Es
realmente hermoso, y Jesús le está mostrando al abuelo dónde están los
mejores lugares para pescar».
Cuando Pablo registró la visión que Dios le había dado del cielo, no le alcanzaban las palabras. Declaró que «fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar» (2 Corintios 12:4) . Las palabras no pueden transmitir las realidades del cielo; quizá porque los seres humanos no somos capaces de comprenderlas.
Aunque nos dé cierto consuelo saber algunos detalles del cielo, no es ese conocimiento lo que nos da seguridad, sino conocer a Dios. Como lo conozco y sé cuán bueno es, puedo dejar esta vida con plena confianza de que el cielo será hermoso y que Jesús me mostrará «dónde están los mejores lugares para pescar»… ¡Dios es así!
Cuando Pablo registró la visión que Dios le había dado del cielo, no le alcanzaban las palabras. Declaró que «fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar» (2 Corintios 12:4) . Las palabras no pueden transmitir las realidades del cielo; quizá porque los seres humanos no somos capaces de comprenderlas.
Aunque nos dé cierto consuelo saber algunos detalles del cielo, no es ese conocimiento lo que nos da seguridad, sino conocer a Dios. Como lo conozco y sé cuán bueno es, puedo dejar esta vida con plena confianza de que el cielo será hermoso y que Jesús me mostrará «dónde están los mejores lugares para pescar»… ¡Dios es así!
Señor, que nuestra alma te conozca más plenamente. Despierta nuestros sentidos en cuanto al cielo que nos espera.
Nada terrenal se compara con estar con Cristo en el cielo.
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