lunes, 4 de junio de 2012
RODEADO DE CÁNTICOS
Lectura: Salmo 32.
. . . me guardarás de la
angustia; con cánticos de liberación me rodearás. --Salmo 32:7.
En noviembre de 1942, los
estudiantes y los maestros de una escuela para hijos de misioneros en la China
fueron encarcelados por las fuerzas militares japonesas de ocupación. Mientras
se dirigían al lugar de confinamiento, alguien empezó a cantar la letra de una
conocida canción. Al poco tiempo, todos los prisioneros se unieron en el canto:
Dios sigue en su trono, y se
acordará de los suyos. Aunque las
pruebas nos opriman y las cargas nos
abrumen, Él nunca nos dejará solos.
Se convirtió en su canción
lema durante casi tres años, hasta que los liberaron al final de la Segunda Guerra
Mundial.
Su experiencia me recuerda
lo que dijo David en el Salmo 32. Le declaró al Señor: «Tú eres mi refugio; me
guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás» (v.7).
Cuando las circunstancias
parecen abrumadoras, ¿cantas una canción en particular? Si eres creyente en
Cristo, no es raro tener un himno o coro preferido que hable del fiel amor de
Dios y de Su presencia. En momentos inesperados, la letra y la música vuelven a
tu mente como recordatorio que el Dios Todopoderoso sigue a cargo de todo, y
que nunca te abandonará.
Si alguna experiencia en tu
vida ha llegado como «inundación de muchas aguas» (v.6), canta sobre la
fidelidad del Señor y deja que Él te rodee con cánticos de liberación. --DCM
REFLEXIÓN: Si estás a tono
con el cielo, tendrás un cántico en tu corazón.
La Biblia En Un Año: 2 Crónicas 21-22; Juan 14.
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