lunes, 13 de abril de 2015

lunes, 4 de junio de 2012

EL PODER DE PENTECOSTÉS



Lectura: Hechos 1:1-11.
Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos... --Hechos 1:8.
  
Conozco un pastor, a quien amo, que está desalentado. Aunque es diligente en la oración y trabaja arduamente, su iglesia sigue siendo pequeña mientras que una nueva congregación cercana está convirtiendo rápidamente en una mega-iglesia. Sin embargo, cuando pienso en los alcohólicos, en los adictos a las drogas y en las personas sexualmente inmorales que ha guiado al Salvador y a un nuevo estilo de vida, lo considero una persona que testifica en el poder del Espíritu Santo.
Debido a lo que sucedió el Día de Pentecostés (que se describe en Hechos 2), tendemos a asociar la presencia y el poder del Espíritu Santo con fenómenos sorprendentes y con grandes cantidades de personas. Olvidamos que poco después, las mismas personas llenas del mismo Espíritu Santo fueron rechazadas, azotadas, encarceladas e incluso ejecutadas. Pero a través de todo eso, ¡fueron testigos poderosos!
La presencia y el poder del Espíritu Santo pueden evidenciar en un predicador dinámico que atrae a grandes audiencias, pero se ve también en el voluntario que lleva a cabo un ministerio personal en la cárcel, en el que le testifica a un compañero de trabajo o a un vecino, y en el maestro de escuela dominical que enseña fielmente semana tras semana.
El poder de Pentecostés no está reservado para los altamente dotados, sino que se encuentra a disposición de todos los creyentes en Cristo que quieren servirlo.
--HVL
REFLEXIÓN: El poder del Espíritu de Dios potencia nuestro testimonio.
La Biblia En Un Año: 2 Crónicas 19-20; Juan 13:21-38.

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